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Por: Francisca González

 

 

Amiga lectora, amigo lector: en este pequeño espacio y con mucho respeto, en vez de generalizar en masculino lo haré en femenino, con el humilde propósito de ampliar mi manera de expresión y de practicar la equidad de género en los espacios para reflexionar.

Estamos viviendo tiempos agitados y al parecer también violentos. Casi sin darnos cuenta pasó el día, la semana, llegó el fin de mes, nos vemos haciendo malabares para pagar las deudas y nos volvemos a endeudar.

De lo que sí, a ratos, nos damos cuenta es que otra vez no tuvimos tiempo de resolver los conflictos o problemáticas con nuestra pareja, hijas u otras gentes. Asuntos que ni siquiera recordamos cuándo empezaron.

La parte violenta que menciono es esa sutil o manifiesta que emerge en este tiempo apurado y observamos en el apuro por comer o amar, en las maneras como desplazamos las urgencias emocionales. Esas que causan incomodidad o malestar, pero que «chuteamos» según nosotras de manera olímpica y que, poco a poco, se van notando en malos tratos que aumentan, alteraciones en el dormir, la enfermedad física y/o psíquica que nos empieza a consumir el ánimo y lo cotidiano.

Cuando se nos pasa por la cabeza «pedir ayuda profesional», también se impone el tiempo agitado y ahogamos la idea porque no hay momento ni dinero para algo así, o porque no nos imaginamos contando nuestras intimidades a una extraña.

¿Y si probamos? La invitación es justamente a dejar de lado el prejuicio y la desconfianza para darnos la oportunidad de estar mejor. No hablo de magia, hablo de esta compañía especializada que nos ayudará a encontrar los recursos internos que nos lleven a relaciones de sana y respetuosa convivencia.

Valoremos que las profesionales que nos van a recibir son personas que se han preparado tanto en lo académico como en lo personal para estar ahí, para que podamos limpiar la «casa interior», para ayudarnos a encontrar las propias herramientas y así estar mejor preparadas como personas, pareja o familia para cuando la vida nos vuelva a poner una dificultad. Es cosa de buscar.