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Por: Karem Hernández

  

La salud mental es una parte importante de nuestras vidas. Incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social. Debemos cuidarla tanto como cuidamos nuestra salud física. La salud mental no sólo consiste en apoyar a las personas que padecen síntomas que están relacionados a enfermedades mentales, sino también en ayudar a otros a mantener una buena salud mental a lo largo de su vida, fortaleciendo o entregando herramientas para el bienestar personal.

Millones de personas de todo el mundo utilizan redes sociales para compartir sus experiencias en relación a problemas de salud mental. La utilización de las redes sociales pueden ser una fuente de apoyo, pero también un riesgo. Puede ser positivo porque significa que más gente conoce los síntomas de los distintos tipos de trastornos psicológicos y cómo pueden acceder a los distintos profesionales para tratarse. Además, surge la oportunidad de conectarse con otras personas que han pasado por experiencias similares y entienden mejor por lo que están pasando (y viceversa). Sin embargo, también hay algunas desventajas: las redes sociales no siempre suelen ser lugares seguros, lo que puede dificultar que las personas que necesitan hablar de sus sentimientos y experiencias lo hagan con alguien que podría no entenderlas, a lo que se suma el temor a ser juzgadas o maltratadas.

El crecimiento de las redes sociales puede ayudar a la gente a conectarse con los demás, pero es importante ser consciente de con quién se están conectando, de la veracidad de la información proporcionada o recibida y de lo que pueden hacer con dicha información. Ser consciente de lo que se publica en línea y de cómo se responde cuando la gente envía comentarios o mensajes a tu perfil.

La mayor conectividad a través de las redes sociales permite acercar a las personas de distintos lugares mundo y compartir sus experiencias en línea para, de algún modo, «acompañarse» en el proceso que se encuentren viviendo. No obstante, no hay que perder de vista el cómo se utilizan las plataformas virtuales, las precauciones que se deben tomar y sobre todo, lo más importante, contar con otros sistemas de apoyo como familiares y amigos, o recurrir a los profesionales de la salud mental cuando sea necesario.