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El prejuicio sobre la salud mental existe hace años. Recientemente hubo una explosión de atenciones justificadas por la pandemia. Aparecieron realidades que la gente no conocía de sí mismos, y dieron su primer paso para pedir ayuda.

Si bien podemos reconocer claramente las sombras que ha dejado la pandemia sobre la salud mental de las personas como son la ansiedad, depresión, aislamiento, entre otras, nos preguntamos ¿qué tanto de estos problemas ya existían antes de la pandemia? ¿la pandemia las empujó hacia la luz, dejándolas en evidencia ante esta nueva realidad?

El aislamiento social genera nuevas problemáticas. Tenemos la convicción de que debido a esta época de crisis, es que la salud mental se reconoce, aún más, como una necesidad. Se abrió una puerta, permitiendo que se pierda el miedo y prejuicios que existen sobre la atención psicológica.

En nuestra experiencia como psicólogos, en estos dos años de pandemia, hemos evidenciado el incremento en la demanda de atenciones. Nos llama particularmente la atención lo que verbalizan, de diferentes formas, gran parte de los pacientes que llegan a consultar. Al reflexionarlo, lo podemos plasmar en la siguiente frase; «¿será que ir al psicólogo está dejando de ser cosa de locos?».

Se frenó el mundo, también las distracciones que nos permiten seguir funcionando en sociedad. Evitamos hacernos conscientes del malestar que cargamos. La pandemia aparece no sólo como una amenaza, sino también como una oportunidad y la excusa perfecta para acercarnos a nuestros dolores más profundos para comenzar a sanarlos. Nace una oportunidad que quizás nunca antes se hubiese presentado.

Esta nueva era nos empuja a mirarnos con más profundidad, escucharnos con real atención, caminar más pausado, estar presentes y adquirir recursos personales que nos permitan significar este viaje inevitable. ¿Y por qué no con la ayuda de un puente?, un guía sin prejuicios que nos acompañe en el recorrido.

Tenemos la oportunidad de cambiar, por fin, el paradigma que le ha dado nuestra cultura a la salud mental, esa idea de que buscar ayuda es un síntoma de debilidad o un indicador de locura. Cuidar la mente pasó a ser una forma de autocuidado, de quererse y preocuparse por sí mismo.