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El lenguaje es una facultad propia del ser humano y un elemento esencial para la interacción social. La llegada de internet revolucionó las formas de comunicación, de ahí que podría considerarse uno de los principales instrumentos de cambio social.

En la actualidad existen múltiples maneras de expresarse sin tener que usar el lenguaje verbal. En las redes sociales utilizamos representaciones y símbolos, como una imagen o un emoticón. Esto tiene su origen en la década del 2000, comenzando el nuevo milenio, y marcando la manera de vivir de muchas personas

Existen variadas plataformas digitales. Cada una de ellas tiene su sello, por ejemplo, Facebook inspira cercanía con tu círculo, en Twitter expresas tu opinión libremente, en lnstagram construyes tu marca, en tik tok, puedes crear y compartir videos. Las redes sociales son de libre acceso para la mayoría de la población, lo cual puede ser positivo para quienes desean aprender, informarse, tener contacto con familiares, amigos o conocidos y mantener recuerdos que perduren en el tiempo por medio de fotos y videos persona les.

Sin embargo, se han evidenciado múltiples efectos negativos en el uso de redes sociales. Por un lado, se encuentra la desinformación a través de la transmisión masiva de noticias de dudosa veracidad, mientras que por otro lado se ha observado que las redes generan efectos nocivos en sus usuarios como depresión, ansiedad, y una baja autoimagen corporal; esto debido a fenómenos como el cyberbullying, la presión de mantener un estilo de vida deseado, o el hecho de estar expuestos ante estándares de belleza inalcanzables.

Las redes sociales, son una herramienta fundamental para construir nuestra identidad y comunicarnos con personas de todo el mundo. Es difícil imaginar nuestra vida cotidiana sin ellas, sobre todo para las generaciones más jóvenes. No obstante, es necesario que como usuarios de estas plataformas generemos conciencia acerca de sus peligros, uso indiscriminado y de cómo eso puede afectar nuestra salud mental.

La invitación es a preguntarnos ¿Cuánto tiempo dedico a diario al uso de redes sociales?

¿Es un aporte o más bien es un factor perjudicial para mi bienestar personal?