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Por: Paula Lobos

 

«Por su capacidad para captar matices y sutilezas que a los demás les pasan inadvertidos, los hipersensibles a menudo aportan a su trabajo y relaciones una buena dosis de visión y humanidad.» (Elaine Aron)

El término PAS refiere a las Personas Altamente Sensibles, es decir, aquellas que tienen un desarrollo del sistema nervioso que les permite percibir mayores sutilezas del entorno.

Las personas altamente sensibles suelen ser proclives a asustarse con facilidad, sentir la necesidad de caer bien, tener la tendencia a evitar conflictos, a sentirse agobiado, ser detallistas, perfeccionistas, empáticos, intuitivos y muchas veces incomprendidos.

Una PAS debe reunir cuatro características: 1 procesar toda la información recibida de una manera intensa, por lo que suele reflexionar mucho. 2 saturarse y sentirse sobre estimulado cuando tiene que procesar a la vez mucha información (sensorial y emocional). Esto debido a que la persona PAS posee un sistema neurosensorial más fino de lo normal. 3 vivir la vida con mucha emocionalidad. Su manera de experimentar la felicidad, tristeza, alegría, injusticia, etc. es muy intensa y ligada a una fuerte empatía. 4 tener una elevada sensibilidad, no solamente en cuanto a los cinco sentidos, sino también frente a sutilezas como pequeños cambios en el entorno o en el estado emocional de las personas a su alrededor.

Cuando las personas PAS descubren su alta sensibilidad pueden percibirse de una manera distinta y entender su postura frente al mundo. Para ello, necesitan aprender a gestionar su día a día, con sus relaciones familiares, de trabajo, con amigos, etc. Necesitan calma por lo tanto deben desconectarse para descansar; observarse permanente y detenidamente para identificar patrones. Requiere aprender a poner límites (decir NO). La meditación, el ejercicio y la respiración consciente se hace imprescindible para evitar saturarse con sus emociones y sensaciones. Debe procurar organizar su vida (priorizar). Por último, es importante tener espacios de creatividad y momentos de recreación.

Queda mucho por descubrir. Es fundamental conocer, o al menos ser consciente, de las múltiples sensibilidades que existen para convivir de un modo más empático y compasivo con quienes nos rodean.