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Por: Andrea Fogliatti 

El amor es una emoción innata que nos permite vincularnos y establecer relaciones afectivas con otras personas. Los patrones culturales y la educación recibida, en los primeros años de vida, determinan la forma en que lo percibimos.

Desde muy pequeños, somos bombardeados de mensajes que nos transmiten que el amor romántico es la meta ideal en nuestra vida amorosa.

Es habitual encontrar relaciones en donde la creencia es que debemos aceptar todo y aguantar cualquier tipo de engaños, abusos, maltratos o simples conductas que no nos gustan por «amor».Con roles de género bien determinados: el hombre sobreprotege a la mujer y mantiene económicamente el hogar, mientras que la mujer se entrega abnegada a su esposo e hijos.

Los mitos, falacias y las falsas creencias sobre del amor romántico actúan de forma inconsciente en las personas; la idea de no estar completos sin una pareja lleva muchas veces, a conformarse con relaciones disfuncionales. Identificar los mitos creados en torno a este amor romántico es imprescindible para prevenir las relaciones dañinas basadas en la desigualdad.

Deconstruir el amor romántico ayudará a dejar de justificar que alguien a quien amas te hace daño. El amor no tiene que doler ni puede con todo. El amor de pareja no es unidimensional, lo que ocurra en una relación depende del interés y disposición de ambas partes.

Dejar de idealizar el amor romántico no quiere decir que no se pueda disfrutar de detalles o momentos gratos; descubrir que puede haber mucha ternura en una relación de pareja sin caer en la posesión, los celos, la dependencia o el miedo a la soledad, es tremendamente satisfactorio. El amor no es subyugación, sometimiento o imposición. No se debe perder la individualidad por querer a alguien, sino seguir sintiéndose libre y con poder de decisión.

Desmantelar estas ideas es un proceso largo y muy complejo. Volverse consciente implica comenzar a cambiar la estructura con la que crecimos. Descubrir una nueva forma de amar requiere de mucha paciencia y sobre todo de nuevos aprendizajes.

El amor iguala, y sólo si nos sentimos iguales, somos capaces de establecer un vínculo no forzado, un vínculo sano.