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Por: Andrea Fogliatti

 

 

Somos seres sociales por naturaleza. Tenemos necesidad de conexión con un otro. La vida en comunidad forma parte del camino hacia el bienestar y la salud mental. Cuando hablamos de bienestar y salud mental entran en juego nuestras relaciones y vínculos con los demás.

En los últimos años hemos vivido múltiples situaciones que han cambiado nuestra forma de relacionarnos como sociedad. La rapidez con la que vivimos el día a día y el aislamiento social han sido la tónica de este último tiempo. Lo anterior se traduce en una soledad colectiva, que se hizo más visible durante la pandemia, y nos mostró lo poco vinculados que estamos. Cada vez se hace más compleja la posibilidad de volver a encontrarnos, de tomar conciencia que nos necesitamos unos a otros, de reflexionar y de mirarnos como seres humanos parte de una comunidad viva.

Formamos parte de un todo y las relaciones con otros nos ayudan a mejorar nuestra calidad de vida. Ser parte de un grupo nos permite sentirnos pertenecientes, realizados y con sensación de bienestar.

Los espacios de desarrollo social y comunitario se transforman en un factor relevante. Espacios en los que podemos encontrar apoyo para hablar o para que nos escuchen. Saber que no estamos solos y que contamos con una red de apoyo a la cual acudir, nos proporciona seguridad.

Ahora, más que nunca, necesitamos ser conscientes de la importancia del bienestar social. Hay ciertas cosas en la vida que no serían lo mismo sin la presencia de otros. Necesitamos de otros en nuestras vidas, gestionar relaciones, construir vínculos y experimentar el vivir.

Todos tenemos un rol distinto en nuestra comunidad. Aportar desde ese rol nos permite dar un sentido a nuestra cotidianidad, generando acciones que nos den satisfacción y sentido de vida. Desde esta perspectiva todos podemos incidir en el bienestar y la salud mental de los demás y, hasta cierto punto, lo que sucede a nuestro alrededor afecta e influye en nuestra propia salud mental.

Es un desafío retomar la vida en los espacios comunitarios y sociales. Volver a encontrarnos, acompañarnos y construir relaciones que contribuyan al bienestar de todas y todos.