Nuestra sociedad ha ido cambiando. Un hito importante de este proceso fue el contexto de Pandemia. Este cambio, nos exigió ser flexibles para tomar decisiones y superar los obstáculos que se nos fueron presentando: cómo trabajar, cómo estudiar, cómo vivir en soledad, en definitiva, cómo reinventamos. Además, experimentamos otros cambios que no sólo nos separaron de nuestros seres queridos para siempre, sino también de hábitos y cosas que antes teníamos y ahora no.
Nos hemos ido acomodando, adaptando, incluso acostumbrando a algunos de ellos y aprendido que a pesar de lo difícil que ha sido, no todo fue tan negativo. Algunos de los cambios nos han gustado y, quizás, los seguiremos manteniendo en nuestras vidas. Un claro ejemplo de ello es la forma de trabajar en diferentes áreas y la expansión de los horizontes a los que podemos llegar sin tener que estar en forma presencial.
El cambio está presente constantemente en nuestras vidas. A veces aceptar estos cambios, en ocasiones irreversibles, se hace difícil, por lo que tendemos a evitarlos por miedo a lo desconocido, a la incertidumbre o por la pérdida de nuestra seguridad.
Cuando no estamos bien o tenemos dificultades en las relaciones interpersonales, es importante poner atención a lo que nos pasa, tanto física como emocionalmente. En ciertas oportunidades, el «DARSE CUENTA» o el hacer consciente algo que era inconsciente, nos puede movilizar a iniciar un proceso de cambio que nos ayude a conocer más de nosotros mismos, a integrarnos en todos nuestros aspectos y ha estar en contacto con nuestro entorno.
Cuando estemos conflictuados y abatidos, recordemos que podemos cambiar nuestra mirada de lo acontecido. Quizá tenemos que «cambiar nuestros lentes» o «salir del camino» y ver lo que nos pasa desde otra perspectiva. A veces no es fácil de lograr, pero se puede intentar. Para eso, es propicio tener buenas conversaciones, comunicarnos de forma asertiva, manifestar lo que nos pasa con nuestros familiares y amigos.
La invitación es a tener un cambio de mirada, que nos ayude a estar mejor. Si lo necesitamos, buscar espacios de contención en instituciones que brinden apoyo psicológico, donde conversando con un otro emerja una perspectiva nueva, aspectos no vistos. Comenzar a ver colores nuevos.